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Lo único que me aterra es convertirme en alguien normal

sábado, 18 de mayo de 2013

De ojos, mano y labio impío apostados en acecho para robarte del pecho tu corazón todo mío. 

Lucharán en el vacío sin lograr su pretensión, hasta que de mi pasión liberado por Dios quedes, porque ni tú mismo puedes mandar en tu corazón.


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