l

l
Lo único que me aterra es convertirme en alguien normal

lunes, 5 de octubre de 2015

'esta vez es la definitiva'

Si tan sólo hubieras intentado tener un poco de interés sobre todas aquellas cosas que estaba dispuesta a hacer por ti, en todos aquellos detalles que lo hago notar para ti, si me hubieras permitido nada más.

Pero, ayer comenzó mi proceso de terminación. Mi duelo sentimental, porque el fin es eso, es el final de algo. Fin de aquello que nunca comenzó, quizás. Y si comenzó, decidimos que no tenga continuación. El fin de un comienzo, de un inicio, del alfa. El fin nada más que él mismo, el que cierra, termina, el fin del omega, que en fin, finaliza porque está al finalizar.
El fin, esa puerta que cerramos. Esa pared que construimos, esa página que damos vuelta, o el libro que cerramos. Esa tinta que se secó, o que terminó. Eso que dejamos de escribir, o que nunca coincidió en la escritura, esa rotura que nunca existió, porque de hecho, la unión nunca se llevo a cabo. Porque el fin justifica los medios, porque hoy decido poner fin, a aquello que mil veces intente dar inicio, sin importar las veces que caí por tus rechazos, por tus "no, hoy no" tan rotundos e instantáneos, me levante y di batalla a eso y a todo, pero hoy me doy por vencida sin vencerme, porque perder, no perdí nada. Nada mas que tiempo, que puedo estar segura que tampoco es perdido porque te lo dedique a ti, monsieur, milord, mi vida, mi... aquel chico que volvió a robarme suspiros, miradas, horas de pensamientos, sueños, poesía, inspiración y me pasaría mas tiempo haciendo mención a todo aquello que me hizo volver a sentir por alguien, por aquel que es mi 'nada', que ni siquiera me permitió conocer, ni menos, darme a conocer. Acá yo no perdí nada, acá yo no deje nada de todo aquello que siempre soy capaz de dejar por un ser amado. Y sí, digo amado porque mas que nunca quería amarte, con cada detalle, con cada sonrisa y con todas aquellas formas tan peculiares que tengo, de amar.

Y en fin, para finalizar mi escritura nunca coincidida con tus extrañas poesías, hago mención a que no existe vez alguna que te haya escrito sin llorar, y no sabes cuanto te escribí, (por no decirte cuanto te lloro y lloré). Porque no sabes lo que cada prosa dice de ti, porque no hay pensamiento mío en el cual no estés, por lo menos escondido en algún rincón, como todo aquel maldito demonio que cada tanto atormenta mis pocas ganas de vivir, y pensándolo bien, esos pensamientos son mi peor enemigo, y cada que hablo contigo, 'acabo muriéndome un poco mas', y cada que pienso en ti, acabo matándome mucho más-



fuiste aquel lugar tranquilo, en el que supe disfrutar el estar, al menos en un instante.